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Thursday, August 30, 2012

Santa Rosita y el sadismo virginal

Desde hace unos días andaba pensando sobre qué decir sobre Santa Rosa de Lima, habiendo ya escrito sobre el fraude de sus supuestos milagros, su función de herramienta de la iglesia católica, y las ridiculeces que se hacen en el nombre de su adoración. Estaba en eso, cuando al mismo tiempo, conversaba con una amiga cuyo novio la había dejado con la excusa de que él no era el primero en su vida. Y fuera de todo lo que podría haberle dicho para hacerla sentir mejor (poco, sin duda), no pude dejar de quedarme con la idea de lo iluso que es pretender el ser el/la primero/a en la vida de alguien. Y esa es una idea que nace al pretender que la virginidad y la castidad puedan ser de alguna forma una virtud.

Con Santa Rosa de Lima el asunto no es distinto, y así como con la mayoría de santas del panteón católico, su énfasis para con la castidad es machacado hasta el cansancio y ubicado en la lista de características que hace a una mujer más virtuosa. Supuestamente del hombre se espera lo mismo, pero en la práctica la incidencia en cuanto al control de la sexualidad recae sobre la mujer, como si entre las piernas de ésta se guarde su honor y al “perderlo”, pierde algo inmensamente importante y tras lo cual ya nada será igual. Una tontería arcaica, propia de las mentes más medievales y que hoy en día se asocia más que nada con los pueblos musulmanes más fundamentalistas. Pero como podemos ver, no es necesario irse tan lejos.

Obispo de Cartago pide a católicos no enviar hijos a clases de sexualidad 
 
El obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, solicitó a los padres católicos abstenerse de enviar a sus hijos a las clases de educación que implementará el Ministerio de Educación. El obispo calificó los programas de educación sexual del MEP, como "gravemente dañinos" para los adolescentes, pues, para el religioso, son “eróticos y hedonistas”.


 Como es de esperarse, a la iglesia católica no le conviene el que la juventud sea educada. Para la iglesia católica es preferible cubrirla con su sotana oscura de ignorancia y satanizar la sexualidad creando un sentimiento de culpa que tan solo (y esto es indispensable) la confesión, los sacramentos, la cercanía con la iglesia y toda la sarta de productos que la iglesia vende puede quitar. ¿Significa esto que hemos de hace apología a la promiscuidad y al desenfreno sexual? De ninguna manera. Sin embargo, el pretender que la sexualidad sea vista como indeseable y vendida como una de las mayores virtudes (si es que no la mayor) que una mujer puede tener no es distinto a crear la ilusión de enfermedad para vender la cura. Lo cual es algo que la iglesia católica está muy acostumbrada a hacer, utilizando como “poster girls” a Santa Rosita y a otras santitas, siempre devotas y arropadas, muy místicas y con cara de sufrimiento.


No sé si en algún momento vi esta imagen con agrado. Lo que es ahora, no puede sino producirme repulsión gracias a la santificación del dolor y sufrimiento que, fíjense, nos acerca más a Dios, un Dios tan sádico que parece producirle placer el vernos así.

 Esta apología al sufrimiento podría quedar ahí de no ser por que sirve como una excelente herramienta para justificar la injusticia con la promesa de que ese dolor servirá eventualmente para garantizar una entrada al eterno paraíso, paraíso cuya existencia no se ha demostrado, y sin embargo, sigue siendo un motivo para resignarse a sufrir cual Job porque a final de cuentas, Dios compensará.

 Es para esto que sirven los iconos religiosos, envueltos en su aura de virginidad, sufrimiento y dolor; sirven de modelos de resignación y de culpa por ser nosotros mismos, por amar, por desear, por disfrutar de algo inherente a nuestra humanidad. Se nos pretende convencer que hemos de sentirnos culpables y que solo la iglesia tiene la cura para ella. Definitivamente, una de las mejores estafas del mundo.

Friday, August 10, 2012

Decir adiós

Tal vez una de las cosas más difíciles de hacer para alguien que no cree en lo sobrenatural es afrontar situaciones que normalmente requieren de alguna actitud o palabra basada en lo trascendente del ser humano. No es que no se pueda hacer, sino que pienso que estamos tan acostumbrados a ver este tipo de expresiones que a veces tenemos que buscar bastante para encontrar las palabras adecuadas a nuestra situación.

Decir adiós es una de ellas. Decir adiós a alguien que ha sido parte de tu vida por bastante tiempo. A alguien que ha sido parte importante de tu vida y cuya falta crea un vacío en la percepción que se tiene de nuestro alrededor. El despedirse es triste, pero la mente lo asimila eventualmente, y creo incluso que más fácilmente al entender que este tipo de cosas pasan. Sin embargo, a pesar de lo mucho que uno lo asimile, aún queda esa tristeza de algo que fue y que no será más hasta quizás algunos años en el futuro, si es que vuelve a ser. Particularmente, se siente como una astilla que está ahí, que te deja moverte y hacer las cosas que normalmente haces, pero sabes que está ahí y que te lo recuerda dolorosamente cuando se toca el área afectada.

Tanto o más difícil es creo el poder decir las palabras adecuadas. Obviamente no puedo decir "Ve con Dios", por razones obvias. tampoco me nace decir "Que tengas suerte" pues pretender que la suerte tiene algo que ver en el éxito de la gente es un tanto insultante. "Que te vaya bien" no suena mal, aunque es bastante genérico; es algo que le dices a un desconocido. Tal vez lo más apropiado sea "Que tengas éxito en todo lo que te propongas", pues es algo concreto y que depende totalmente de la persona. Es como decir, "confío en ti y en que puedes realizar todo lo que te propongas."

Qué jodido se hace a veces no creer en lo sobrenatural y lo esotérico.


"Que esté permitido a cada uno pensar como quiera; pero que nunca le esté permitido perjudicar por su manera de pensar" Barón D'Holbach
"Let everyone be permitted to think as he pleases; but never let him be permitted to injure others for their manner of thinking" Barón D'Holbach